Thursday, May 21, 2009

CHIAN MAI

CHIAN MAI


Este episodio comenzó en el autobús q nos llevó desde las costa de Krabi hasta la otra costa en el golfo de Tailandia al sur del país y concretamente hasta la ciudad de Suratani. Dicha ciudad no tiene ningún atractivo para el viajero y simplemente se usa como trampolín hacia la famosa isla de Ko Samui. Aquí se celebra cada mes el “full moon party”, una mega fiesta en la playa a la q acuden miles de jóvenes. Sin embargo para nosotros Suratani tenia otro objetivo desde aquí nos cogeriamos un tren nocturno q nos llevaría en 12 horas hasta Bangkok y desde allí tomaríamos otro tren q en otras 12 horas nos llevaría al norte del país hasta la ciudad de Chian Mai. Así q en 24 horas nos recorrimos el país de sur a norte a bordo del peculiar sistema ferroviario tailandés. Entre las muchas anécdotas q nos fueron ocurriendo en el tren, caben destacar q a las 6 de la tarde la mayoría de gente se estaban metiendo en la cama. Así q en medio de todo el mundo deseando las buenas noches, optamos por irnos hasta el vagón restaurante buscando un poco de vida social. Después de andar a través de barios vagones sorteando todo tipo de enseres en los pasillos, llegamos al bar o restaurante donde todo eran voces y risas. Nos instalamos en una mesa y rápido fuimos atendidos por los camareros. No tardamos en entablar conversación con las mesas de alrededor, en su mayor parte repletas de turistas y algún q otro tailandés. Aquí fuimos victimas del “timo del hielo” y con lo q aprendimos q siendo turistas nunca puedes bajar la guardia. Después de haber estado allí entre risas y bromas por mas de 2 horas una mujer tailandesa q acompañaba a un hombre canadiense nos pregunto q si podíamos pedir un poco de hielo a la camarera ya q estábamos mas cerca de la barra. Lógicamente así lo hicimos y la camarera nos trajo una cubitera repleta de hielo con unas pinzas y la poso en el centro de la mesa. A nosotros nos sorprendió un poco la cantidad q había traído pero no le dimos mas importancia hasta la hora de pedir la cuenta. Cuando llegó este momento entre nuestra consumiciones pudimos ver q nos cobraban hielo y nosotros sin entenderlo preguntamos a los camareros. Ellos muy educadamente nos dijeron q nosotros habíamos ordenado hielo y aunque no lo pedimos para nosotros tuvimos q pagarlo. Así nos dimos cuenta q las 4 o 5 mujeres tailandesa repartidas por las mesas de los turista solo querían sacarnos dinero y muy probablemente podrían estar trabajando para el tren. Después de esta anécdota nos dimos cuenta q la picaresca también abunda en Tailandia y q tendríamos q andar mas vivos. Esa noche nos fuimos a dormir con un sabor de boca un poco agridulce ya q nos habíamos sentido utilizados y un poco estafados. Ya a la mañana siguiente nos despertamos sobre la litera con el típico vaivén del tren entrando en el bullicioso Bangkok. Acto seguido aparecieron las azafatas anunciando de nuestra proximidad a la capital y a su vez deshaciendo las literas y volviendo a transfórmalas en asientos. Estuvimos aproximadamente 1 hora circulando a baja velocidad y cada poco kilómetros deteniéndonos en pequeños apeaderos ya dentro de la ciudad, hasta q llegamos a la estación central aquí tuvimos dos horas para tomar el siguiente tren q nos llevaría al norte, así q aprovechamos para desayunar y caminar un poco por la concurrida estación. Cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos de nuevo sobre el tren y con 12 horas por delante para ir planeando todo lo q podríamos hacer en el norte. Después de una marathoniana jornada y bastante cansados del vaivén del tren llegamos a la principal ciudad del norte del país Chian Mai. Ya de noche y con las mochilas a cuestas, salimos de la estación buscando un lugar para pasar la noche e ignorando a los caza turista q estaban esperando la llegada del tren como aves de rapiña. Caminamos una media hora con un mapa de la ciudad en la mano un tanto desorientados por ser de noche, hasta q dimos con una zona repleta de hostales y en la q conseguimos una habitación sin mucho esfuerzo. Al día siguiente con un calor bastante sofocante lo dedicamos a visitar la ciudad a bordo de un tuk-tuk típico taxi asiático y muy popular en Tailandia. Esa noche visitamos el famoso mercadillo de noche y planeamos poder hacer una excursión de tres días por las montañas q estaban mas al norte del país ya q al parecer se podían practicar bastantes actividades. Pues lo dicho, al día siguiente nos dedicamos a visitar varias agencias q ofrecían estos servicios y al final nos decantamos por una q nos ofrecía distintas actividades. Al día siguiente nos recogieron en nuestro hostal temprano y salimos hacia nuestro primer punto del día “long neck village”( pueblo de los cuellos largos). Una tribu procedente u originaria de estos lares en especial del norte de Tailandia y de su país vecino al noroeste Burma o la antigua Birmania. Dicha tribu subsistía de lo q sembraban, de los animales q criaban así como de la artesanía q ellos mismo producían y tenían la particularidad de q las mujeres desde corta edad usaban una especie de espirales metálicas de bastante peso para alargar sus cuellos. Esta era una tradición ancestral con la q se sentían muy identificados y cuya explicación podríamos decir q tenia brote mitológicos. En fin sin acabar de entender aquella tradición, fuimos abandonando el poblado intentando asimilar todo lo q allí habíamos visto. Aunque con la sensación de q si les copiásemos en muchas formas de intentar vivir solo con lo q la tierra te da y con los animales q pudiésemos criar, este mundo marcharía bastante mejor. De nuevo tomamos el todo terreno q nos conduciría hasta las montañas, aunque antes de esto, visitamos un pequeño mercadillo para aprovisionarnos de víveres ya q los 3 próximos días estaríamos algo alejados de la civilización. Desde allí partimos hacia nuestra segunda actividad del día q sería viajar a lomos de varios elefantes a través de un bosque no muy denso. Aquí fuimos testigo de la fortaleza de estos mastodontes q en la mayoría de los casos son utilizados para transportar o mover cargas bastante pesadas. Una vez acabamos el paseo sobre los elefante, comenzamos un trekking y nos adentramos en una jungla bastante densa en la q en algunas partes los rayos del sol casi no podían colarse, estuvimos caminando 3 o 4 horas deteniéndonos de vez en cuando para pegarnos un chapuzón y refrescar en las muchas cascadas q nos íbamos encontrando. Finalmente llegamos a una especien de cobertizo en medio de aquellos montes y el guía nos lo presentó como el hotel bambú ya q allí sería donde pasaríamos la noche. Este era una construcción de palos de bambú q constaba de una habitación común en la q dormiríamos todos juntos tumbados sobre el suelo y anexo a este otra pequeña construcción donde cocinaban con los medios mas rudimentarios q se puedan imaginar. El propio guía era quien se encargaba en preparar las comidas (desayuno, comida, cena) y a decir verdad de una manera rápida y eficaz. A la mañana siguiente emprendimos de nuevo la marcha y estuvimos caminando durante unas horas, para la atardecer llegar hacer noche a otro cobertizo similar al anterior aunque esta vez al lado de un río, donde hicimos una hoguera y pasamos la noche. Como desenlace final el ultimo día nos tenían preparo como guinda del pastel el descenso del río a bordo de unas lanchas hinchables haciendo rafting. Y hasta aquí la aventurilla por la jungla tailandesa para regresar de nuevo a la jungla urbana. Pasamos dos días mas en Chian Mai, para después cogernos un autobús y seguir subiendo hasta el bohemio Pai ya casi en la frontera con Burma. Pai es un pequeño pueblo donde parece haberse detenido el tiempo y en el cual la vida es tranquila. Un lugar perfecto para poder apearte del tren de la rutina y recargar pilas. Aquí estuvimos varios días recorriendo los alrededores y donde pudimos disfrutar del paisaje rural y placentero. Nuestra última noche aquí coincidimos con una amiga irlandesa, aunque parezca increíble; en fin el mundo es un pañuelo. Ya al día siguiente temprano nos pillamos el primer bus para volver a Chian Mai y esa misma tarde cogimos el tren de nuevo y salimos camino de Bangkok nuestro ultimo destino en el país. Pero esta será otra historia así q hasta pronto.